JACQUES SELOSSE
Este dominio, que es propiedad familiar que abarca cerca de 8 hectáreas, se localiza en el pueblo de Avize, situado en la Côte de Blancs.
Los padres de Anselme llevaron a cabo su primera vinificación en 1964. Diez años más tarde, Anselme recibió las llaves del dominio. Comenzó así su carrera profesional con lo que se convertiría en un proceso de observación, ensayo y error y contemplación de sus métodos y prácticas vitivinícolas. Este enfoque empírico de la viticultura y la vinificación es quizás su rasgo más notable como viticultor.
De 1990 a 1996 se aplicaron los principios de la agrobiología en los viñedos, a partir de 1996 se centró en la biodinámica. En 2002 Anselme se distanció de la doctrina biodinámica, desafiando los códigos y procesos habituales, ya que no quiso intervenir en la influencia de la naturaleza. Los pensamientos y reflexiones de Masanobu Fukuoa y la permacultura habían comenzado a inspirarlo y, posteriormente, la atención que presta a las vides y al vino.
Durante los últimos veinte años, la familia Selosse ha desarrollado un sistema propio de viticultura, que es un enfoque que no sigue un método establecido, sino que se adapta permanentemente a las circunstancias que se enfrentan a lo largo de la temporada de cultivo en las distintas parcelas de viñedo. Para explicar su filosofía sobre la vid, Anselme y Guillaume suelen hacer referencia a los "recolectores", aquellos que se aventuran en la naturaleza para recoger la cosecha y recoger los frutos que allí se encuentran.
A medida que se acerca el momento de pasar las llaves a la próxima generación en Domaine Jacques Selosse, el hijo de Anselme y Corinne, Guillaume, se ha estado preparando desde 2012 para seguir los pasos de su padre. Durante el tiempo que pasó trabajando codo a codo con su padre, naturalmente ha estado desarrollando sus propias habilidades e inclinaciones vitivinícolas que sin duda le darán una identidad única a los vinos en el futuro. La transición y transmisión en movimiento en el dominio puede compararse con una carrera de relevos donde los atletas están entregando el testigo; la batuta de la pasión por el vino, la vid y la buena comida y bebida. Con gran integridad, mentalidad abierta y vigor, Guillaume se está preparando para dejar su propia marca en la historia familiar de sueños, ambición y carisma que son solo suyos.